Medicamentos en Costa Rica siguen siendo los más caros de Latinoamérica

Comprar un medicamento en Costa Rica sigue doliendo más que la enfermedad. A pesar de los múltiples esfuerzos del gobierno, los precios de los medicamentos continúan siendo los más altos de América Latina, según la Cámara Costarricense de la Salud . Esta problemática estructural, que afecta especialmente a las familias de clase media y baja, no ha logrado resolverse con las medidas implementadas desde 2022.

Durante su mandato, el presidente Rodrigo Chaves impulsó una serie de reformas:

• Aprobación exprés de genéricos internacionales

• Venta de medicinas al público general por parte de la CCSS

• Y, más recientemente, un decreto que limita los márgenes de ganancia de farmacias y distribuidores

Pero nada de esto ha generado una reducción real y visible para el consumidor. Según Massimo Manzi, director de la Cámara de la Salud, el enfoque de estos decretos ha sido “generalista”, afectando especialmente a farmacias pequeñas que dependen de la venta de genéricos de marca para sobrevivir .

Los topes actuales permiten márgenes de ganancia de entre un 11% y 28% para distribuidores, y entre 25% y 45% para farmacias, dependiendo del tipo de medicamento. Sin embargo, aplicar las mismas reglas para un medicamento genérico de ₡2.000 que para un fármaco de patente de ₡80.000 puede provocar efectos adversos no deseados: menos competencia, cierre de farmacias y desabastecimiento .

Desde el Ministerio de Economía defienden las políticas implementadas como parte de una estrategia integral. Aseguran que hay medicamentos cuyos precios oficiales ya bajaron en las listas de referencia. Pero en la práctica, en farmacias de barrio y cadenas, los precios siguen igual o más altos que hace un año.

A esto se suma el factor judicial. El decreto ha sido impugnado por distribuidores y farmacias ante la Sala Constitucional, alegando exceso de regulación e intervención del Estado en la libre empresa. El resultado: parte de las medidas se encuentra congelada mientras se resuelven los recursos .

En medio de esta guerra fría entre gobierno e industria farmacéutica, los pacientes siguen siendo los más afectados. El alto precio de tratamientos crónicos (como insulina, inhaladores para el asma o anticoagulantes) obliga a muchas personas a racionar sus medicamentos, recurrir a donaciones o incluso suspender tratamientos.

Las organizaciones de consumidores piden un cambio de enfoque: más competencia, mejor regulación de importaciones y acceso a genéricos de calidad, sin asfixiar al canal farmacéutico. Porque la salud no puede depender de cuánto dinero haya en el monedero.

📌 Fuentes y referencias:

• Delfino.cr

• La Nación

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